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Hoy cumpliría 68 años Luca Prodan
Fue quien marcó de manera diferente y para siempre la música en Argentina
Luca George Prodan nació en Roma, 17 de mayo de 1953 y falleció en Buenos Aires, 22 de diciembre de 1987.
Extraordinario músico quien a comienzos de los años ochenta se radicó en Argentina, donde formó el grupo de rock Sumo.
Luca Prodan participó de cerca en la escena musical alternativa inglesa de la década de 1970. Se dice que tenía vínculos con varios protagonistas de lo que luego fue la escena musical británica de esos años como Malcolm McLaren, John Lydon y Sid Vicious (The Sex Pistols), Ian Curtis (Joy Division), Ian Dury (Ian Dury & The Blockheads), Stephanie Nuttal (Manicured Noise, luego primera baterista de Sumo) y Tony Mansfield (New Musik). Parte de los coros en la canción «Living By Numbers» de New Musik de 1980 fueron interpretados por Luca, que por entonces era novio de Julie Mansfield, hermana del cantante.
En 1983, la República Argentina se encontraba inmersa en un escenario muy particular. La dictadura había dado paso a la democracia y las ciudades empezaban una etapa de renovación en la música, el teatro y las artes plásticas. Prodan, un extranjero que no hablaba castellano al llegar al país, hizo historia al formar una de las bandas de rock más emblemáticas que jamás haya dado la Argentina.
Su perfil era una extraña combinación de caballero y vagabundo — era profundamente educado y erudito, con una enorme sensibilidad para la música, la historia del arte y la literatura. Al mismo tiempo desafiaba esa legitimidad con una sensibilidad por los personajes y el lenguaje de la calle, los excéntricos y la música folk. También fue reconocido por componer temas monocordes (de un solo acorde). «El rock puede o debe ser simple, dos acordes» fue su frase de cabecera durante muchos años.
Prodan no soportaba el denominado «rock nacional», y siempre tuvo una posición de burla con respecto al incipiente star system de la escena de los primeros años de la década de 1980. En ocasiones discrepó con 'intocables' consagrados como Luis Alberto Spinetta, Charly García, Soda Stereo, Miguel Mateos, Miguel Abuelo y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros. A pesar de eso, admiraba a otros artistas vinculados (o no) al rock, como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Pipo Cipolatti, Jaime Torres, Fito Páez y Andrés Calamaro.
Su estilo de vida estuvo siempre cercano a un ascetismo igualitarista extremadamente irónico, con respecto a lo que percibía como el establishment de una escena musical en auge. Poeta sensible y refinado, tenía al mismo tiempo una personalidad furiosa y eléctrica. Su excentricidad, su energía y su austeridad, asociadas a una profunda ironía y un enorme cosmopolitismo, hacían de Luca Prodan una figura extraña para los cánones de un ambiente poco acostumbrado a los estilos irreverentes de la contracultura y el gesto camp, que Prodan encarnaba. La transformación cultural de la década de 1980, simultánea a la creciente importancia de una cultura juvenil que floreció en la post-dictadura, explicaría en parte las condiciones de su carisma.
Luca Prodan fue un personaje del underground, pero criticaba duramente el elitismo pretencioso de un sector «moderno» y prefería el papel beat de «príncipe-mendigo». Esa actitud lo convirtió en un ícono de la llamada cultura rock — un término del que el mismo Prodan se reía: «¿Qué es el rock? ¡Es el kcor al revés!». Si durante la década de 1980 esta cultura se asociaba a estéticas «modernas» y «vanguardistas», durante la década de 1990 la masificación y diversificación del consumo, sumados al aumento de la brecha social, produjo una creciente distinción en los estilos musicales, asociando cada vez más el rock nacional a la cultura de sectores medios empobrecidos («rockeros») o a los sectores populares, haciendo de Luca Prodan un rostro encantado y paradójico que sintetiza las facetas múltiples e inesperadas de la cultura argentina reciente