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La droga de moda en TikTok
Las campañas de concienciación sobre los peligros del tabaco están logrando que muchas personas dejen de fumar. No obstante, cada vez que se le cierra una puerta a la nicotina por el lado de los cigarrillos convencionales, se abre una ventana por otro sitio. Primero fueron los cigarrillos electrónicos o vapers y ahora, como bien se puede ver en TikTok, le ha llegado el turno a las bolsas de nicotina, inspiradas en el famoso snus sueco.
En realidad, las bolsas de nicotina no son legales en la Unión Europea, pero se pueden adquirir de forma ilegal. Por eso, muchos países están redoblando el esfuerzo para concienciar a su población de que, por muy seguras que parezcan, tampoco son una buena alternativa al tabaco.
Se trata de pequeñas bolsitas rellenas de nicotina, saborizantes y otras sustancias. Se introducen entre la encía y la mejilla o el labio superior, de manera que su contenido se absorbe a través de la mucosa. Por lo tanto, no es necesario calentar su contenido como con los cigarrillos electrónicos o convencionales. Aun así, conllevan riesgos demostrados y teóricos, por los que la mejor opción siempre será no probarlas.
Aunque generalmente concibamos el tabaco como una droga que se fuma, en el pasado su consumo era muy habitual en otros formatos. Era especialmente habitual el rapé, consistente en hojas de tabaco machacadas, que se inhalaban, como hoy en día se hace con la cocaína.
Esta droga llegó a ser tan popular que se sospecha que la expresión “echar un polvo” viene precisamente de ahí. La aristocracia europea era muy aficionada al rapé. Sobre todo la francesa, de la que procede la actual familia real sueca. Por eso, cuando los franceses llegaron al país escandinavo, trasladaron con ellos este hábito, que pronto llamó también la atención de los suecos. Pero allí poco a poco se fue cambiando su consumo. Se pasó de inhalar el tabaco a consumirlo de forma oral, en pequeñas bolsitas a las que bautizaron como snus. Hoy en día hay snus también sin tabaco, pero siempre con nicotina.
Las bolsas de nicotina actuales se inspiran en el snus, pero nunca llevan tabaco. Solo cuentan con nicotina, junto a saborizantes y otros ingredientes como la celulosa microcristalina, el carbonato de sodio o las nitrosaminas, que sí que son uno de los compuestos del tabaco.
En cuanto a la concentración de nicotina, puede ser variable, pero, según un estudio realizado en Alemania y difundido por el Ministerio de Sanidad de España, la media ronda los 47,5 mg por bolsa de nicotina.
Si bien parece ser que las primeras bolsas de nicotina se comercializaron en el 2000, la mayoría de informes sobre su expansión proceden de 2019. Además, ha sido ahora cuando se ha empezado a hacer famoso en TikTok. Suecia, Estados Unidos y Reino Unido son los países en los que más se consume, por lo que buena parte de los estudios provienen de allí.
El problema es que, al iniciarse en 2019, no se puede saber aún cuáles son sus riesgos a largo plazo. Sí que parece ser que conllevan un riesgo cardiovascular, incluso a corto plazo. También pueden aumentar la probabilidad de muerte fetal en embarazadas. Y su consumo directo en cualquier persona puede ocasionar dolor de garganta y la boca, irritación en la encía, hipo y náuseas.
Cabe destacar que, si bien las bolsas de nicotina son muy nuevas, los primeros informes del uso del snus proceden del siglo XVII. Por lo tanto, se podrían extrapolar los estudios a largo plazo realizados en Suecia.
Allí, aunque hay estudios contradictorios, algunos apuntan a que el consumo de snus aumenta la probabilidad de padecer cánceres digestivos como el de esófago, páncreas, colon y recto. Además, la probabilidad de mortalidad por estos tumores es mayor en consumidores de snus. ¿Puede pasar lo mismo con las bolsas de nicotina? No lo sabemos. El snus contiene tabaco machacado y las bolsas de nicotina no. Pero la nicotina no es un ingrediente inocuo, por lo que los expertos advierten que también pueden ser peligrosas.
El riesgo más demostrado de las bolsas de nicotina
Si hay algo que sí está más que claro, sin necesidad de estudios a largo plazo, es que las bolsas de nicotina pueden crear adicción. Esta sustancia actúa sobre el sistema nervioso, activando los sistemas de recompensa, que liberan dopamina y, con ella, una gran sensación de placer.
Como ocurre con otras sustancias, el cerebro puede acostumbrarse poco a poco a esos estímulos, hasta el punto de desarrollar resistencia. Se necesitaría cada vez más y más nicotina para obtener placer. Por eso, es muy fácil que se produzcan adicciones. Esas adicciones, a su vez, podrían llevar a los consumidores a saltar hacia otros hábitos, como el tabaquismo o el vapeo. Ocurre como con los cigarrillos electrónicos, que muchas veces se convierten en un puente hacia el consumo de los convencionales.
No hay beneficios, como con los vapers
Puede haber quien considere que las bolsas de nicotina son una buena forma de dejar el tabaco. Igual que los parches o los chicles de esta misma sustancia. No obstante, los parches y los chicles están formulados con las dosis exactas para no llegar a producir adicción. Además, aunque no siempre se hace, deberían consumirse con seguimiento profesional. En cambio, las bolsas de nicotina no dejan de ser una droga que se toma sin control.
De hecho, en el estudio realizado en Alemania se observó también que el etiquetado deja mucho que desear. Por ejemplo, muy pocas veces advierten del riesgo para las embarazadas. Eso, junto al hecho de que se comercializan en unas latitas similares a las de los caramelos, puede conferirles una falsa sensación de inocuidad. Pero no, las bolsas de nicotina no son inocuas y tampoco nos traerán beneficio alguno.